domingo, mayo 06, 2007

Entre Caris.

Querido Cari...

Hoy he visto la luz, lo siento. En el centro comercial he tenido que oir hasta 8 veces como unas parejitas se referían a ellos mismos como "Cari". Pensaba que eso nos hacía de alguna manera especiales. Que nuestro amor era puro, jamás sentido por otro ser humano. Efímero, conformista y en demasiadas ocasiones irrespetuoso, pero nuestro amor, al fin y al cabo. A mis anteriores novios les llamaba Caris para no tener que recordar sus nombres, pero a tí... a tí te lo decía de veras. Mi cariño, mi cariñito... Eres mi cari, tan concretamente anónimo y fugaz que no soporto escuchar nuestra palabrita del amor en boca de otros... Si después de enviarnos a la mierda, meternos los cuernos contínuamente, tener que aguantar cómo te emborrachas en cualquier bar, y de que tú me tengas que aguantar saltando del Bershka al Pimkie a la caza del trapo de ocasión... Si después de todo eso, ya sólo nos queda de puro y virginal nuestra clave secreta "Cari", y resulta que es de lo más vulgar y cutre que puebla nuestra mermada lengua por doquier... ¿Qué nos queda? Sabes lo que tengo que decirte, tenemos que dejarlo. ¿Lo entiendes? Me siento una fotocopia estereotipada de personaja, para que me entiendas. Ya sé que teníamos nuestros toques únicos, como aquella vez que me enviaste al móvil "Kri" para llamarme Cari... Créeme, eso jamás se me olvidará, aunque quisiese, pero esto no da para más. Lamento decírtelo así, pero es que en directo te pones muy violento, e igual me vuelves a atizar como aquella vez en la que no reí un chiste tuyo ante tus colegas de la plaza. Tambié pensé en enviarte una carta escrita a mano, pero es que los folios no tienen F7, y los sellos salen algo cari-llos (¿Lo pillas?) Pues nada, que te vaya bien y encuentres tu propia esencia en este gran océano de caris que es el mundo.
¡¡¡Un besote y p'alante chato!!!

jueves, mayo 03, 2007

Papás con ojo.

Un amigo de un amigo se llama Axel Palomino. Nombre de malvado de novela de Pérez-Reverte. Y es que los papás y las mamás tienen que andarse con ojo porque la personita que caguen en unos meses arrastrará su nombre y apellidos el resto de la vida. Y no me negarán que algunas combinaciones de nombre y apellido molan más que otras. La mía es súmamente sosa, pero conozco de cacofónicos y envidiables nombres... Para no recurrir a mis lindes, por las posibles lindezas que me suelten luego, voy a recordar algunos de famosetes, o gente que más o menos nos suenen a todos...
De pequeño, no tienes ni puta idea de quién es esa persona o a qué se dedica, pero su nombre mola, y lo vas repitiendo como un mantra bizarro de camino al cole. Así, conocí mucho antes los nombre de Samantha Fox y So
fía Loren que la gracia que destilaban anet una cámara, por razones diversas... Ernesto Zedillo, otro que tal, sigo sin saber a día de hoy qué cojones hizo, o si sigue vivo, pero no puedo olvidar esa maravilla nominativa. Los jodidos ciclistas se llevan la palma, Marco Pantani, Richard Virenque, Tony Romminger... Quiero uno de esos copón.
A ver mamá, ¿puedo saber por qué no me pusiste Alberto Fujimori García? ¿O Ayrton Senna García? Yo quería levantar la mano con orgullo cu
ando la profesora pasase lista en clase y llegase a Beniamin Netanyahu García, pero no, la señorita tuvo que pintar mi nombre tan vulgar como mi jeto o mi vida misma... Quiero decir, lo que queda de uno después de todo, es la lápida, y es importante que las multitudes que pasean por los cementerios se queden con tu nombre. Se trata de pasar a la posteridad como sea... ¡¡¡Como sea!!!
Por lo que, amigos, si la palmo un día de estos, no o
s lo penséis, tomad nota.




Y ponedme un chándal de táctel Adisha, nada de esmóquins...

lunes, abril 30, 2007

1 año, 100 entradas.

Pues coinciden el post número 100, y el año de la inauguración del blog. Una banalidad como cualquier otra que sólo conlleva alguna ilusión al autor. Pero bueno... A ver si llego al segundo año, o a las 200 entradas. De momento,

Las ha habido siniestras...


Otras tan absurdas para los lectores como cabales para mí...



Algunas, lo sé, metidas con calzador...


Sin querer ser especialmente violento, ha habido entradas de ese tipo...


Muchas endogámicas pero, quiero a mis amigos, jopelines...



A pesar de que uno siempre intenta llegar a cuanta más gente mejor...



Un punto más en la gigantesca rueda de interné, vamos...



¡A ver qué salidas me aguardan en el futuro!


Y por supuesto, muchas gracias a los que os sobra a veces un ratito para pasaros por aquí...

jueves, abril 26, 2007

Gerundia Conditione.

Os lo juro. Me levanto esta mañana, me sacudo las telarañas de los ojos, me peto todos los huesos que puedo (me encanta petarme los huesos a pesar de las marujiles advertencias sobre enfermedades articulatorias que oigo día sí, día también), me ducho mientras desayuno y, como me quedan aún 10 minutos para ir al tajo, me pongo la tele. Error. Por mucho que digan que la tele estupidiza al espectador, me da a mí que estupidiza mucho más a los que trabajan en ella, y si no que se lo digan al hombre del tiempo de TVE1. Joven, guapo, con desparpajo, y con una sonrisa cuajada en la boca. El chico domina la jerga meteorológica y conoce los rincones de la piel de toro bastante bien, pero lo que es la expresión y sintaxis de frases mínimamente elaboradas... Sólo tenía que decir "Seguirán las lluvias en el oeste de la península". Fácil y entendible. Pero tenía que adornarse el niño. Tenía que asombrar a su mami y su novia, que lo estarían viendo. Bueno, yo iba a apagar el trasto cuando oigo la frase de marras...

"Van a continuar estando siguiendo lluviendo las precipitaciones en la parte occidental de España"

Con tres gerundios imposibles.
Y con dos cojones bien grandes.

El Sol, por su parte, seguirá despejado...

martes, abril 24, 2007

Relatos de Parada.

No amigos, no voy a hablar del megaídolo otaku Jose Manuel Parada, del que tanto y tan bueno se ha dicho ya. Ayer fue Sant Jordi, o el Día del Libro, y dejé la pizzería para echar una mano a unos amigos libreros. Decidieron que, dado mi regio porte y mi indiscutible carisma, estuviese en la parada de la plaza del Mercadal. Y maldita la hora en que uno hace amigos o establece cualquier vínculo de cualquier clase con cualquier individuo humano. 17 horas que me tuvieron vendiendo Buenafuentes, Polonias, Sangres de Inocentes, Claves Gaudí, y otras miserias literarias de parecido calado. Además tenía que compartir un espacio de 2x6 metros con 9 personitas más, por lo que atender a la embravecida jauría de capullox que nos rodeaba como si aquello fuera la primera pantalla del Resident Evil suscitaba cierta sensación de claustrofobia. Ya me he desquitado un poco. Es que resulta que soy un quejica...

Por otro lado hubo divertidas anécdotas, y todo transcurrió sin incidentes severo-graves. A media mañana, se dirigió a mí un cura viejuno, gordo y canoso, para decirme con grandes aspavientos que a ver dónde copón estaba su libro, que no lo veía. Se ve que un par de años atrás había publicado "Santuarios de las comarcas de Tarragona" y mucha fue la fe que puso en su obra, ya que esperaba ver toneladas de semejante ladrillo allí en la parada, compitiendo codo con codo con los grandes. Se largó indignado, y luego regresó un par de veces a lo largo del día para ver si habíamos cambiado de opinión, cosa que, obviamente, no pasó.
A media tarde vino don Isidro, el loco manso que alguna vez se pasa por la pizzería para recordarnos que los Testigos de Jehová lo drogaron y lo metieron en un avión con destino Mallorca. La historia que me contó esta vez era algo más inquietante... Mientras agitaba en el aire un ejemplar de "Suba su autoestima", me contaba que, cuando lo llevaron a Madrid, una de dos, o se volvió loco, o sus brazos son de acero puro (?¿?¿?¿). Tal cual, me lo repitió dos veces. Normalmente sé que decirle, pero esta vez no supe que cara poner, sólo una medio sonrisa nerviosa y un "ya, ya... si es que..." Ahora que lo pienso, luego se largó sin pagar el libro...

Como yo era el único valiente con morro que había en la parada, me endilgaron todas las entrevistas que vinieron a hacer diarios, teles, radios y medios en general. Hice unas seis, y en todas soltaba el mismo discurso de mierda que no voy a repetir por puro hastío. El caso es que me mostré tan locuaz y elegante en mi discurso que... no sé... esperaba que hoy me llamase Hub Hebner o Jordi González, o algún grande de estos, para darme alguna oportunidad...
De vuelta a la Pizzería, Menguile me informó que aquello había estado más tranquilo que un lunes en el Museo de las Txapelas de Seattle.

Qué asco de día.


Mi Sant Jordi ideal...

jueves, abril 19, 2007

Huellas de tinta (II)

Seguiré hablando de aquellos libros que por alguna razón u otra nunca olvidaré. Libros que me dieron bien hondo y son ya parte intrínseca de mí. Echo un ojo a la tercera balda de mi estantería blanca y compruebo que hay muchos que me son agradables y queridos. De hecho, no suelo tener libros que no me hayan gustado, y si los tengo, a la que puedo los regalo a quien puedan interesar...¡A ver que os parecen!

-La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. Un disparate dramático tras otro. Ignatius Reilly es un ser repulsivo que a la segunda página ya se había ganado mi corazón. Descacharrante y divertida como
muy pocas. Escuché que Toole había creado al protagonista a su imagen y semejanza... No lo creo. Nadie puede ser tan cruel consigo mismo


-La Tierra permance, de George R. Stewart. Imposible no emocionarse ante esta bella oda al fin de nuestra especie. Esta novela catastrófica no deja de recordarnos lo efímeros que somos, y lo poco que importamos finalmente. Su lectura me produjo una agradable sensación de levedad, aparte de alguna lagrimilla de cara a sus últimas páginas.


-La tregua, de Mario Benedetti. La dificultad y la fragilidad de las relaciones entre humanos, sea a nivel familiar, sea a nivel amoroso, se ponen de manifiesto en esta soberbia novela, en la que pasa poca cosa, pero gracias a los ojos de su protagonista vemos que esa poca cosa es más que suficiente para llenar y desbordar el alma. Y es que la vida no da treguas definitivas...


-Guía de París, de Trotamundos. Ya sé, no es literatura, pero este libro es mi amigo, ¿vale? No se os ocurra meteros con él. Durante los días que estuve solito en París, me cogió de la mano y me llevó a los mejores rincones que la mítica Ciudad de la Luz podía ofrecerme. Ya está algo desfasada, pero es que le tengo mucho cariño.


-El halcón maltés, de Dashiell Hammett. Novela negra por excelencia. No he visto la peli, pero la novela está excelentemente escrita. Realismo sucio, trama compleja, situaciones tensas y emocionantes, personajes muy bien perfilados... ¡Y ese delicado tufillo pulp que desprende, y que adoro!



lunes, abril 16, 2007

Mi primer meme.

Bueno, pues Javi me pasó un jueguecito de estos que llaman meme. Una chorrada bloguera como cualquier otra, pero como esta es de cáriz literario me apunto. Se trata de transcribir el segundo párrafo de la página 139 del libro que estés leyendo en este momento. Ahora estoy con la divertiza novela de Azúa "Historia de un idiota contada por él mismo", pero dado que sólo tiene 120 páginas, transcribiré el anterior, "La insoportable levedad del ser". Bueno, que aproveche!



Jan Prochazka fue un novelista checo, un hombre de cuarenta años con la vitalidad de un toro, que antes ya de 1968 empezó a criticar en voz muy alta la situación política. Era uno de los hombre más populares de la primavera de Praga, de aquella vertiginosa liberalización del comunismo que acabó con la ocupación rusa. Poco después empezó el acoso contra él en todos los periódicos, pero cuanto más lo acosaban, más lo quería la gente. Por eso la radio empezó (en 1970) a emitir un serial con conversaciones que Prochazka había mantenido dos años antes (o en la primavera de 1968) con el profesor Vaclav Cerny.¡Ninguno de los dos sospechaba entonces que en la casa del profesor hubiera un sistema secreto de escucha y que cada paso que daban estuviera vigilado! Prochazka divertía a sus amigos con hipérboles y exageraciones. Ahora esas exageraciones podían oírse en forma de serial por la radio. La policía secreta, que era la que dirigía el programa, había subrayado cuidadosamente lo párrafos en los que el novelista se reía de sus amigos, por ejemplo de Dubcek. La gente, aunque aprovecha cualquier oportunidad para hablar mal de sus amigos, se indignaba más con su querido Prochazka que con la policía secreta.

Añadiré que muchas veces me habían recomendado esta grandísima novela, y que lamento haber tardado tanto en leerla. ¡¡¡Pasa a mis favoritas de toda la vida de inmediato!!!
Ahora supongo que he de pasar el meme este a algunas personas más. Pues a ver, lo paso a Sickboy, Orayo, Chuflo, y Pauli.
Si les apetece, vamos...

miércoles, abril 11, 2007

Un gran hueco.


De momento ahí estás, en el medio.
Con los demás orbitando tu felicidad.
Hace tiempo que lo sé,
te marchas a tierras cálidas,
extrañas y lejanas.
Pero no te digo nunca nada, sólo fruslerías
sobre haz esto o cuidado con aquello...
No quiero decirte nada serio,
porque entre machotes
esos asuntos pintan rosa.
Otra razón para no decir nada
es que me duele
y se me hace incomprensible.
Te largas tres putos años.
Suena irreal y átono.
Ni mails ni msn's ni ostias fritas.
Te conozco desde hace ventidós años y,
aunque no suelo ser amable contigo,
aprecio mucho lo que de tí obtengo:
la risa fácil y la birra fría,
el cigarrillo en ristre y el taco inmediato,
el Mercadona nuestro de todos los días,
los ánimos y los insultos según el rato,
compañeros de puta madre
(y de madres putas),
y sobretodo la mutua mirada
de los que ya no tienen
etapas por quemar.
No sé, a todo sobrevive uno,
pero me da que otro pilar de cordura,
este de los gordos,
se me va al garete.
Y si no, mira lo que serán las cosas sin tí:


Lo dicho. Que te quiero tío.

lunes, abril 09, 2007

Uno con suerte.

Y así sucede, que miro el telediario
o tan sólo un mero vistazo alrededor
para darme cuenta que la gente
así en general,
sufre y pasa calamidades variopintas.
Me siento entonces agradecido.
Veo que los golpes que he recibido
siempre han sido amables, bonitos,
cargados de buenas palabras e intenciones.
Casi ni dirías que se trata de un garrotazo.
Casi dan ganas de agradecerlos.
Luego, claro está, te rompen bien hondo.
Tan hondo que tienes que aguantar la respiración
para localizar el problema.
Sólo un leve síntoma, casi aire en el aire,
te dice que te han dado y bien.
Una sutíl presión en las costillas,
un amago de frustración en el gesto,
en cualquier gesto,
una lágrima que caracolea juguetona
aunque estés hablando de fútbol.
En fin, caricias tarantuloides...
Me siento afortunado, ya digo,
a pesar de que la humildad
haya pasado a ser una obligación.

miércoles, abril 04, 2007

Si te dicen que caí...

Si te comentan que allá por 1989, mi amigo Dani y yo estábamos solos en nuestro colegio, jugando a fútbol, que eran las 9 de la noche y la civilización quedaba lejos... Vale.
Si luego añaden que en el patio se hacían todas las navidades un par agujeros de 1'20m. de hondos para clavar unas estacas gigantes, encima de las cuales se colgaba un cartelón gigante y luminoso en el que se leía desde Sebastopol "BON NADAL I FELIÇ 1990", pero que ese día aún no habían puesto las estacas los operarios... Asiente.
Si te susurran que a Dani se le ocurrió meterse dentro de uno de esos hoyos "por que era divertido" y luego me incitó a hacer lo mismo en el otro, y acepté "por que parecía realmente divertido"... Correcto.
Si te vienen con que él salió de su hoyo y vino corriendo a meterse en el mío, estrecho de por sí, antes de que yo pudiese reaccionar... Créelo.
Si oyes estas palabras: "Woswis se puso muy nervioso, estaban espalda contra espalda y le costaba respirar. El espacio era muy pequeño y no podían salir, estaban atascados. Dani se lo tomó a broma y reía sin parar"... Dalo por cierto.
Si deciden continuar comentando que dos horas después, Woswis estaba afónico de gritar "socorro, ayuda, por favor" patéticamente a los coches que se veían a lo lejos, que estaba ya sin lágrimas en los ojos por pensar que al lunes siguiente algún profesor encontraría los cadáveres de dos gilipollas, y que pasó mucho miedo, mientras el otro imbécil se lo tomaba a pachorra... Ok.
Ahora bien, si te sueltan que cuando Dani decidió acabar con el juego y salir por sus propios medios le dijo luego a Woswis que él mismo presionaba para que no pudiesen salir, y que si le había gustado la broma, y que luego Woswis lo felicitó por ser tan ingenioso y se fueron a sus casas entre risas... Mienten.
Le pegué un patadón en las costillas, lo llamé gilipollas (lo más fuerte que se me ocurrió, a mis 9 añitos), y me fui a casa corriendo, a los brazos de mami, mientras mentalmente me cagaba en los putos muertos de Dani.

lunes, abril 02, 2007

Hilarilaridad Oh-oh-oh.

Pues sí amigos, a la más tierna de las hilaridades nos hemos lanzado unos cuantos descerebrados. Pensamos que nunca está de más un pequeño estercolero en el que abocar nuestros más oscuros odios y rabias, eso sí, pasados por el tamiz del cachondeo más insano posible. Unos cuantos ex-miembros de la Videoarena, junto con otros seres de similar catadura, hemos fundado un nuevo blog. Agáchate y Fuma. ¡Espero que mis clientes más fieles y mis repartidores de birra y cheddar más sudorosos no duden en pasarse por nuestro nuevo antro de perogrullo y mal gusto!

¿Hay algo más bonito que la familia?

domingo, abril 01, 2007

Un sábado cualquiera.

La compañía del otro, de quien sea,
siempre nos es, finalmente, extraña.
Un día, o una noche para ser exactos
encuentro unos ojos cerca de los mios,
una mirada que se me ofrece,
y que se ofrece a aceptar la mía.
La suya es mirada límpia, honesta,
sin el poso de los años y el asco,
que me grita mírame, estoy aquí.
Y yo, que llevo tiempo sin ver nada
por llevarme bien con mi ceguera,
no sé si los estoy abriendo
o soy partícipe de una bella ensoñación,
pero dejo que suceda.
Todo marcha como un plácido sueño,
Lo suficientemente bien para que,
tras su despedida,
todo sean dudas
sobre engaños encubiertos
o nuevas oportunidades.

viernes, marzo 30, 2007

De hombres y robots.

Sucede que la conciencia,
la pura conciencia,
se emancipa con el correr de los años.
Harta de ver cómo disminuye tu atención,
o de ver cómo sus planes son ignorados,
o avergonzada por su propia desadaptación.
Se larga a jugar al ajedrez con Zeno,
o donde quiera que vayan las conciencias,
y te deja un par de frías actitudes en la nevera
y una nota en la almohada:
"Voy a por tabaco,
te he dejado programado hasta que te mueras"
Y así, tiempo después, tirado en tu sofá y
con un poco de suerte y cansancio,
recibes su visita.
"Que tal, cómo va, bien, por aquí"
Echa un distraído vistazo
a tus costumbres y automatismos,
meros trucos creados
a fuerza de desengaño y hastío.
Hace amago de querer aconsejar algo
pero lo repiensa,
a sabiendas de tu opacidad y desgana.
Se marcha apenada, sin acabar de creer
cómo la frustración, la ira y
cierto grado de psicosis masiva
han ocupado su antiguo trono.
La vida sin ella es menos divertida,
pero también menos dolorosa.

miércoles, marzo 28, 2007

Destroy All PC's.

Sólo se trata de un pequeño post para vomitar algo de la frustración que me corroe ahora mismo. Me había currado un post sobre Jorge Luis Borges y la etapa en la que los peronistas quisieron nombrarlo ministro de avicultura. Había buscado información extra por internet, ME HABÍA DOCUMENTADO, tenía fotos escogidas con pies de página divertidos, todo perfecto y bonito, y una milésima antes de darle a "publicar", la pantalla parpadea, emite un chispazo rosa, y aparece de nuevo el editor de blogger... VACIO. ¡¡¡La reconcha de la vaca de su madre remil!!! (Creo que se decía así). Se me han pasado las ganas de colgar nada que no sea insultos, a blogger, a internet, a mi PC o a quien demonios tenga la culpa. Seguramente Dios, que es peronista y no permite la más mínima mácula en el nombre de sus macanudos hijos. Bueno, otro día será amigos. Me siento mejor.

martes, marzo 27, 2007

Lugares comunes.

Hay frases que producen un efecto presa de Tous en cualquier conversación entre amiguetes. Es matemático, inevitable, y la mayor parte de las veces, divertido y satisfactorio. Tienen estas frases la virtud de permitir el acceso a cualquiera de los interlocutores de manera fácil, natural y amena. Cuando no participo en ellas, las escucho todos los días aquí en la pizzería. Son lugares comunes cómodos que permiten la risotada fácil y cierta dosis de sano colegueo. Uno dice "Este cubata me recuerda a cuando me rompí la pierna mientras me operaban de fimosis", y acto seguido tenemos media hora o más de anécdotas macabras sobre operaciones, roturas, accidentes y catástrofes varias. Cada uno aportando su obra de arte a ese museo del deterioro físico. Otro ejemplo clásico puede ser "Me he comprado la tercero temporada de los Caballeros del Zodiaco en VHS", y tras llamarlo imbécil, los demás tiran de recuerdos infantiles para subrayar sus dibujos preferidos, o aquel personaje tan malvado y aquella heroína tan agreste. Uno muy clásico, les suena seguro "¿Y te acuerdas de ese capítulo de los Simpsons en que Lisa se hace Torero?" Da vértigo el nivel de perfección que tenemos recordando esa serie. Gracias, Antena3.
Deportistas casposos de antaño, bambas fashions que llegamos a calzar, mascotas que tuvimos, el mayor melocotón que hemos cogido a base de birras, el profesor más raro de cuantos han perdido el tiempo con nosotros... La media sonrisa que mostramos en estas conversaciones sumado al brillo soñador de las pupilas nos otorga cierto aire de bobalicones ingenuos, me parece a mí. Y no parece difícil sacar lo más ridículo que uno lleva dentro (chicos, recordad aquella conversación sobre nuestros despertares sexuales. Los aludidos ya saben. Ellos saben...).
Les emplazo a que disfruten de estas charletas con sus compadres con renovado ánimo, y si no les gusta semejante cháchara de palabras muertas, cuando vean que se dice la frase gatillo, párenla. Hay un método infalible. Rompa una botella contra la mesa, y amenace con la parte cortante encarada a sus amigos mientras les dice con cara de Jack Nicholson"¿Quién quiere que le haga una felación?" A mí me funciona, vamos...


*Nota: Casi todos los ejemplos aquí utilizados son ficticios.

lunes, marzo 26, 2007

Con la boca llena.

El brillante post de un amigo me ha dado que pensar. Entiéndase pensar por dar saltos entre ideas de temática vagamente similar y trazar una fantasmal línea que las una, aunque sólo en mi cabeza, claro está.
Me impresiona el calado del lenguaje soez en nuestra cotidianeidad. El insulto y el exabrupto se pasan el día acechando tras la más humilde y amable de las conversaciones. Sobretodo Mierda, sí, de la que habla mi colega. Debo decirla una treintena de veces diarias, y escucharla otras tantas. El Cabrón tampoco se queda corto, basta cualquier bromita del interlocutor o cualquier demostración de picardía para que le caiga encima el peso de la palabrota. Mamón, Mamonaco, Mamoncete o Capullo, se utilizan ante muestras de candidez por leves que sean. Gilipollas se dice con la misma frescura y ligereza con que se dice Colega, Lechuga, Menú, o la más popular Terpsicorista. El grado de extensión de la letra G marca la intensidad del insulto. No es lo mismo que'hilipolla qu'ere, que el despreciativo Gggggilipollas. Y por supuesto, el insulto español por excelencia, el que más llena la boca y el que en más contextos puede usarse, Hijo Puta, Joputa, Sojoputa, Hijo de la Gran, Hijo de Perra, todo lo mismo. Un recordatorio infame de la escasa santidad de nuestras madres...
Las altas esferas del buen gusto tampoco se escapan a este petit plaisir que es insultar o cagarse en algo, aunque sus métodos son más sutiles. Estulto, Escuerzo, Horrífero, Vesánico, Tunante, Mentecato... Los de variante mortadelesca siempre son mejor recibidos, despiertan cierta melancolía y nocturnidad. Para acabar, citaré algunos de familia, básicamente de mi padre. Batrepops (¿batepulpos?), Marqués de Villaverde, Te daré un Tarrancazo (una amenaza, pero con tal fuerza que se adhiere a la categoría de insulto), Pudrileño (cualquiera que no hable catalán), y Guarrodesgraciao, así tojunto.
Supongo que cada uno dispone de su colección particular de recuerdos semánticamente ofensivos, todos insultamos en algún u otro momento, y el que esté libre de pecado, ¡¡¡es que es un hijolagranputaquepariósusmuertos!!!

viernes, marzo 23, 2007

Un microcuento.

Cuando lo mató (lamento empezar con tan brutal acción un relato, pero es que las exigencias actuales en materia literaria exigen concisión, morbo, violencia, miedo, sexo, o cualquier situación que pueda provocar una reacción inmediata en el lector. Cada vez interesa menos la extensión, sobretodo si profundiza en las causas de los actos, si conlleva cierta introspección seria del personaje, si se atreve a extrapolar algo que sea cotangencial a la propia esencia del ser humano... También están de capa caída las descripciones situacionales. ¿Qué interés tiene que la escena del crimen esté bañada por la luz grisácea de unas impertérritas farolas? ¿Qué más da si nieva, llueve, llovizna, hace frío, calor, graniza, o lo que sea? Aburre en exceso una minuciosa descripción de la cara del asesino, demasiada lectura para la información que de ella se extrae. El lector moderno no tiene tiempo que perder en líneas insulsas desprovistas de lo esencial. Dales conspiraciones, códices, catástrofes, violaciones, giros vertiginosos de argumento... Henry James y cía. no, please. Una obra maestra es la que te tiene en vilo durante 500 páginas con datos útiles, de vital importancia para poder entrar en una conversación sobre masones, Cristo, el 11-M, o las zorrerías de Lady Di. Son odiosos esos clásicos que dicen mucho más de lo que cuentan, pueden producir un esguince de cerebro, y además abusan de los trisílabos. Está bien que existan, ya que así podemos soltar un viernes a las 7AM en la cola para renovarse el DNI "esta cola es kafkiana, este panameño es dantesco" y todos a reir de forma sana y culta, pero por el amor de Dios, no los recomienden si no quieren perder sus amistades. Sujeto, verbo, sujeto, verbo, sujeto (tímido adjetivo de moda), verbo verbo verbo para darle marcha al asunto. Eso me recuerda lo execrables que son los paréntesis, en especial los largos, sólo confunden al lector y pueden llegar a conseguir que abandone la lectura de puro hastío. Pero como he dicho, el lector moderno, también el de blogs, quiere agilidad, misterios, grandes gestas, y algo de cachondeo, por lo que sigamos con la temática) se convirtió en el primer gorila Príncipe de los Jenízaros, y salvó al mundo de la destrucción absoluta.

jueves, marzo 22, 2007

El tao del cachondeo.


Este par de borrachines son unos clientes habituales de la pizzería. Seamother y su par sinpar Kamikaze Cowboy no reparan en gasto económico y neuronal a la hora de pasar un buen rato. Acaban de volver de Nueva York, un poco hartos de McDonals y rappers, pero muy contentos de las posibilidades catárticas que ofrece la Gran Manzana. Esta foto es de hace un tiempo, pero creo que explica muy bien nuestra amistad. Los elementos bizarros a los que tanto cariño les tenemos se encuentran por doquier:
-La camiseta con una máquina recreativa, muy a juego con la falda hawaiana de Kamikaze.
-Las cervezas en alto y esa cara de cantante brit-pop enardecida que lleva Seamother.
-Mi reloj Casio, mi camiseta de M.A., con pin de Sugus y mi perfil de boxeador yonqui.
-La pantalla, emitiendo a las 3:00AM un capítulo de Silvestre y Piolín en un bar irlandés.
-Y, en definitiva, esa felicidad que se respira, fruto de nuestro lema "Todo es jodidamente divertido"
La foto fue tomada por nosequién, pero dado el ángulo de inclinación, iba igual o peor que nosotros etílicamente hablando. Estábamos en Barcelona, en la boda de dos brasileñas lesbianas, amigas de ellos, y fue una de las noches más divertidas de mi vida. No sé, puede que mi pizzería necesite menos Cuatro Quesos, y más Ostras con Caipirinha...

lunes, marzo 19, 2007

Toda la verdad.

Estaba yo haciendo el crucigrama de la Lecturas, solazado en la barra del local, cuando se me presentó en la sexta vertical "Ayudante de Otmar von Verschuer en el desarrollo de la teoría de la Higiene Racial, 8 letras". Y mira por dónde resolviendo las horizontales y las diagonales, di con la solución: Menguele, Josef Menguele. ¿Cómo no había caído antes en la cuenta? Busqué los datos del cabrón ese en la Wikipedia y coincidían sospechosamente con el currículum de mi cocinero Menguile... Además, su muerte en una playa sudamericana estuvo rodeada de misterio y cábalas extrañas. ¿Había contratado yo a un experimentado cocinero de 96 años sin averiguar antes las atrocidades llevadas a cabo por semejante monstruo? Me dirigí muy enfadado a su encuentro. Estaba dándole con un trapo mojado al váter, aseando un poco el local.
-Menguile. Deja esa mierda y responde. ¿Te llamas realmente Menguile? ¿O se trata de un astuto cambio de nombre para que nadie te relacionase jamás con tu verdadera identidad... Josef Menguele? Chan-cha-cha-chaaaannnn- (música de intriga y sorpresa hecha por mí in situ)
-Sabía que llegaría este momento. Siento haberle mentido sobre mi pasado mr. Woswis, es absurdo intentar ocultar algo así. Pero no soy Menguele... ¡Soy su hermano gemelo Menguile Llompart! Chararaaaaaaaan-chim-pom- (música improvisada por Menguile para contrarrestar mi creación anterior)
-Ya, y yo me lo trago. He investigado, quedas despedido por matar gente a mansalva y experimentar con niños y embarazadas de forma escalofriante y de temática improcedente, recoge tus cosas y ponlas en esa caja de cartón con tu nombre. Niiinuniiiiinuuuuniniuu- (música de violines para resaltar la melancolía del dramático momento, yo soy el autor)
-¡Le digo la verdad! Parrrapachinpachinpachin- (música circense con no se qué objetivo compuesta por Menguile en un claro guiño a Prokofiev)
-Te daré la oportunidad de explicarte, espero que seas convincente, te doy 36 segundos. Panpan-pan-pan-piruliiii-piruliii- (música de Misión imposible, para realzar el efecto tiempo y conseguir una atmósfera de ansiedad y vértigo)
-Muy bien, soy su hermano gemelo, pero nací (primera diferencia, él:nazi, yo:nací) con una hernia cerebral meníngea, y mis padres me mantuvieron a su sombra mientras pudieron, escondiéndome en kinderheims varios y ocultando mis huellas. Tras el cipote que liaron con lo del 3º Reich, quisieron darme una oportunidad enviándome a vivir en condición de adoptado con la familia Llompart, pertenecientes a la Gauche Divine de Pedralbes, donde tuve trabajos varios. Una vez que esos cabrones decidieron que la moda antinazi había pasado, me echaron como un perro, y así he vivido largos años hasta ir a parar aquí. ¿Contento? Tititiiii-tutu-titutiiii-(música de triunfo del Final Fantasy 7, con ágil bucle final obra de Menguile)
-Según las fechas facilitadas en Google, la familia Llompart te adoptó con 35 años, y basta de músicas estúpidas.
-Supongo que aparentaba menos...
-¿Y qué hacías tú mientras tu hermano reforzaba desde Auschwitz las líneas en Omaha Beach?
-Curiosamente estaba en "Qué maja Bitch", un antro de furcias en Berlín.
-Te veo sincero Menguile, y quiero creer que eres mi amigo además de mi cocinero extravagante. ¿Me juras que no has matado a nadie entonces?
-De momento no Woswis, aunque últimamente confundo los ingredientes de la pizza con los productos de limpieza. La edad no perdona...
-Bueno... Una última cosa bastante graciosa. Si hubieses estado atento, habrías caído en la cuenta que la familia a la que te enviaron no era más que una graciosa forma de decirte cual sería tu destino final. Familia Llompart, ¿no lo captas?
-Mmmmssss...No.
-Pues Llompart al revés, es Trap Moll, trapo mojado en catalán, que es lo que tienes ahora mismo entre las manos. ¿No es gracioso?
-Imbécil.

viernes, marzo 16, 2007

Huellas de tinta (I)

De la misma forma en que una pequeña grieta puede acabar destrozando una presa entera, el post anterior me ha desbordado las ganas de escribir sobre ese amigo que nunca falla: el libro. Voy a hacer una pequeña lista en la que aparecerán los más queridos, no por su valor literario intrínseco, sino por lo que significaron para mí en su momento. Hoy hablaré de algunos de ellos:

-Una historia de la lectura, de Alberto Mangu
el. Como indica su título, repasa conceptos como "libro", "lector" y "escritor" a lo largo de nuestra historia. Este libro de bolsillo olía como esos mamotretos gigantes de medicina. Tuvo el acierto su escritor de poner línea bajo línea lo que significan para mí los libros, está escrito con una gran pasión y un cariño contagiosos. Salió hace poco una edición de lujo que me tiene robado el corazón.



-Hamlet, de William Shakespeare. Qué voy a añadir yo a todo lo que se ha dicho de esta obra inmortal... Pues nada, sólo confirmar desde mi experiencia la fantástica mezcla de sabiduría y lírica que desprende este (¿estos?) hombre. Como escuché decir a la salida del teatro, tras ver Otelo "Este tío sí que nos caló bien calaos".



-La montaña mágica, de Thomas Mann. El súmmum de no decir absolutamente nada durante 1000 páginas y ser interesante. Todo un placer, un libro que se lee sin el ansia del "que va a pasar", simplemente uno se pasea entre los personajes del curioso sanatorio de los alpes y disfruta de las charlas, las sensaciones, las chaise-longs...



-El templo de Istar, de Margaret Weis y Tracy Hickman. Uno ha tenido 15 años, y uno ha querido creer en la magia, y ha sentido el cansancio en los ojos de Raistlin y las chispas de energía recorriendo sus nudillos, y uno quería que Caramon saliera corriendo cuanto antes del Templo de las pelotas, y uno, en fin, quería tantas cosas con 15 años...



-Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, de Woody Allen. Me fascina la manera en que este hombre consigue ser tan y tan divertido tratando temas políticamente serios, y por la vía que más me gusta, la ironía y el absurdo extremos. Por si no se ha notado, soy pro-Allen.



Y por hoy vale. Otro día seguimos la visita por mi jardín (bonito o feo, es el mio) literario.

jueves, marzo 15, 2007

Monster: Un mostro de cómic.

No suelo hablar de lo que realmente me gusta o no, en cuanto a las ingestas culturales de cualquier calado que puedan antojárseme. Pero haré una excepción. No soy experto en cómics, tan siquiera enteradillo, he leído pocos y memorizado menos. Pero Monster me ha cautivado como sólo lo absolutamente genial y bien parido puede hacerlo. Descubrí a su autor, Naoki Urasawa, a través de la que sería su siguiente obra, la aún inacabada 20th Century Boys. Si alguien tiene la rancia idea en la cabeza de que los cómics son cosas de críos o de jovenzuelos megarrapers, se le pasará de un plumazo echando un ojo al primero de los 36 volúmenes (al módico precio de 4'5 euros por 100 páginas) que conforman la serie. Y si es de los que les da pereza leer hasta la etiqueta del champú mientras hace caquita, también está el anime, bajable emuletoriamente hablando.
En muchas otras páginas especializadas podréis encontrar las virtudes técnicas (el dibujo es tan detallado y bien medido que hace de cada viñeta un auténtico cuadro de museo) y los análisis argumentales (vértigo y sorpresa: sospechosos habituales) de dicho cómic, yo sólo quiero hablar de mis sensaciones, y creo que no hay aún una página que hable de eso, o quizá , vete a saber... Consiguió acelerarme el pulso y provocarme sudores fríos como ninguna película o libro lo había hecho entes. Me devoré los libritos de 5 en 5, atónito al mirar el reloj y ver que había estado 3 horas postrado en el sofá, abstraído de mis circunstancias y circunscrito en otras ficticias, pero mucho más intensas, devuelto a mi realidad emocionalmente exhausto, ansioso de saber y saber y llegar al corazón del monstruo, ese corazón que, uno acaba sospechando, es el de todos.
Huelga dec
ir que recomiendo el manga o el anime, a todo tipo de público adulto (no sé si mi sobrino visita mi página, si es así, no hagas caso nene, sigue con Donald & Friends). Da gusto toparse con sorpresas tan y tan agradables y claro, como soy tan buen tipo, quiero compartirlo con mis estimados clientes.
He leído que New Line ha adquirido los derechos para hacer la película, por eso daos prisa en leer Monster y no se os ocurra juzgarla a partir del aborto hollywoodiense que se está cociendo (ojalá no sea así, pero si es blanco y viene embotellado...)

martes, marzo 13, 2007

No tan incómodo.












El banco de la estación es incómodo,

la rejilla de rombos se hinca demasiado.
Llevo allí sentado no se cuánto,
en una especie de insomnio detenido.
Perdí mi tren
puede que por los pelos
o puede que llegase yo totalmente a deshora,
pero lo perdí, y este es mi sitio ahora.
La muchedumbre que va y viene me observa
como el último de un largo linaje de vagabundos,
algunos paran a escuchar mis cantos idiotas,
otros hasta me ofrecen tarta de chocolate,
y yo les doy las gracias, gentil.
Han pasado varios trenes ya.
La mayoría ni se paran,
aunque no importa,
no se parecen al mío.
Otros paran y dejan a unos y recogen a otros,
dejan las puertas un ratito abiertas
por si se me antojara subir,
incluso a veces el revisor me ha preguntado
"¿Quiere subir, señor?"
Yo me disculpo y niego con la cabeza,
no es mi tren.
Así sea un tren nuevo, rápido y fastuoso.
No es mi tren.
Y cuando se marcha,
me arrellano en mi banco de la estación
para dormir un poco.
No es tan incómodo después de todo.

domingo, marzo 11, 2007

Han vuelto.

Será cosa de la edad. Esta semana, que teóricamente tendría que haber sido alegre y toda esa mierda, la he pasado horriblemente. Durante mi adolescencia y hasta los 20 años, tuve migrañas fuertes que me convertían en un cabrón malhumorado para con todos. Me largué de casa de mis padres y desaparecieron como si nada. Entonces pasé a ser un cabrón bienhumorado, y todo fue mucho mejor. Pero desde el lunes que me vuelve a doler la cabeza reiteradamente, con un dolor pertinaz y agudo, de esos que te aniquilan cualquier capacidad de concentración o relación social. Además suelo sentir hormigueo en las manos, como cuando se duermen (¿qué opina del nuevo síntoma, doctor House?). No sé a qué atribuir este desagradable retorno migrañil, mi vida sigue igual que hace una semana, un mes, dos, seis...
Si hasta me va a hacer ir la médico y todo.

jueves, marzo 08, 2007

Me deben una.

Hasta los 13 años fui testigo de Jehová, o jehovino que decía mi padre a modo de guasa (él jamás formará parte de una religión que le prohíba el tabaco y el alcohol). Llegada esa edad, mi madre me dijo que si no sentía a Dios en mi corazón, dejase de ir a las reuniones, y así lo hice, pero eso es otra historia. Simpatizar con ese grupúsculo de ingenuos me proveyó de bastantes tristezas durante la infancia, que no voy a repasar porque acabaría llorando y no podría contarles la anécdota en cuestión. Sobre lo que saqué de provecho en aquellos años, aparte del dudoso honor de conocer con cierta profundidad su matizada versión de la biblia, recuerdo con agrado la vez que me salvé de una paliza. El matón del barrio, Daniel se llamaba el gigantón, me paró por la calle con cara de malas pulgas. Iba con dos de sus esbirros, creo que un tal Baquero y un tal Davi. A las 2:00pm de aquel julio, la plaza Pare Gil estaba vacía y, no recuerdo que haría yo por allí, pero el caso es que no había un alma adulta a la que recurrir. Se dirigió a mí gritando, buscando una excusa para zurrarme a conciencia.
-¡Eh, tú! ¡¡¡Me han comentao que me vas diciendo que soy un hijoputa!!! Ahora pillas por listo. A ver quién es el hijoputa, so mierda.
-Te... te juro que no he dicho eso, no se quién te habrá dicho...
-No le vaciles al Dani capullo, quieres recibir el triple ¿no? - Terció el tal Baquero.
-¿Por qué me llamas hijoputa eh? ¿Por qué? - Me daba empujoncitos mientras me hablaba, a la espera del más mínimo signo de resistencia. Y entonces me iluminé.
-Oye Daniel, yo soy testigo de jehová, yo no puedo decir tacos o iré al infierno. Nunca insulto a nadie ni digo palabrotas, no te he podido decir eso...
-Baque, ¿este es de la secta esa de tu prima Mire?
-Pues la verdá es que sí. Alguna vez los he visto saliendo de los salones esos de la calle del Gringo...
-Vale tío, perdona - Me golpeó el hombro amistosamente y se largaron los tres, dejándome una elegante corbata testicular por recuerdo.
Hoy lo veo por la calle con el mono azul, o tomando cañas en bares de obreros. Se porta como si fuésemos perfectos desconocidos, pero noto que me lanza miradas de soslayo. Como si le hubiese tomado el pelo 15 años antes y creyera que aún me debe una buena ostia. Si yo no le sacase dos palmos, claro.

miércoles, marzo 07, 2007

De mirar atrás.

Y un día como hoy despierto y tengo 27 años. Uno, que es de carácter veladamente presumido y algo plasta, gira la cabeza y mira atrás. Siempre es un error, por supuesto. Por mucho que nos empleemos en tornasolar nuestros brumosos recuerdos y colorear nuestras ridículas gestas, pasear a la luz del pasado tiene mucho de patético. Soy de carácter mas bien melancólico, y me vienen a la cabeza las "inocentes" preguntas que mi profesor Pere Tallada nos hacía en 1º de E.G.B, "¿Qué vas a ser tú de mayor Woswito?" Y Woswito, que se tomaba todas sus preguntas muy en serio, se apretaba las sienes y se imaginaba algo a la altura de lo que había dicho el niño anterior, por esa cualidad de los niños de no querer ser menos que nadie y más que todos. Supongo que nadie acertó, ya que extrapolar 20 años con sólo 5 de experiencia es una estúpida lotería de las ilusiones. Se le veía guasón al señor Tallada, en su salsa, sonriendo mientras pensaba "No tenéis que tragar mierda nenesss..."
Pues ahora... Me veo joven, a qué neg
arlo. Con mi saco de frustraciones a cuestas, con gran parte de mis deberes aún por hacer (por cierto, hay que ver lo que tarda en llegarme la carta de la mili), con mis achaques anacrónicos, con mis pesamientos de abuelete picajoso... Sólo espero que la edad no vaya deshojando cruelmente lo que más valoro: Mi madre, mis amigos, y mi carácter infantil y jacarandoso.
.
.
¡¡¡Y mi pizzería!!!





jueves, marzo 01, 2007

El péndulo occidental.

Salí fuera a fumar un cigarrillo (por obra y magia de nuestras saludables leyes, ya ni el jefe puede fumar en su propio negocio, rrrredióx). Hay una tienda de "ropa" delante de mi negocio, y entrecomillo ropa porque el propietario se debió dedicar a suministrar retales a circos y mujeres de moralidad distraida antes de abrir esa tienda, con el chumba-chumba non-stop a toda ostia, pero bueno, me alejo del tema. Habían sacado unas mesas a la calle, vendiendo lo de otras temporadas a 3 euros el trapo, todo allí amontonado y arrugado. En esas se acercó una eriza de época: Pelo lila superestirado hacia atrás, pintarrajeada que parecía el muro de Berlín en sus postrimerías, pómulos remarcados y mofletes hacia dentro, como si estuviera en pasarela Cibeles, chaqueta de leopardo, top nomeolvides (¿o era perdonadioses?), tejanos piratas demasiado apretados con un cinturón de tachuelas doradas, y zapatos plateados de tacón de aguja. Mi tipo, ya digo. Se acercó al montón de basura téxtil y la meneó distraidamente. La dependienta, casi de la misma secta, se acercó solícita.
-¿Puedo ayudarte?- Me encantan las confianzas buenrollistas...
-Bujco algo pa una boda, pa cumplir, que se casa un colega qu'es un gilipollas y...
-Fuera sólo tenemos piezas de 3 euros, para una boda mira dentro mejor.
-No, no, que ya te digo que ej pa cumplir. Ese tío me follaba y me dejó tirada en cuanto se ligó otra tonta y no quiero que piense cosas raras. Este de tirantes amarillos combinao con mi pareo rojo y negro ya dará el pego ¿no? Esta ropa es una roña tía, pero paso de patear más. Ponme la camiseta esta de tirantes y aquel bolso azul, pa llevar de tos los colores, jajaja
-Jajaja- contestó la dependienta.
Yo escuchaba atónito, como siempre que la situación me obliga a descender a esos infiernos de mal gusto y estupidez crónica, pero resulta que por el rabillo del ojo vi acercarse a alguien. Les cuento. Un tipo gordo, con gafas, gran papada, mucha ropa para el frío que hacía, mirada huidiza, como si esperase que la poli apareciese de un momento a otro acusándolo de lo mismo que se acusó a K. Pues eso, que el tipo chutó un cartón sin querer, y se quedó mirando cómo este se deslizaba hasta mis pies. Luego siguió mirando, como si hubiese encontrado la cueva del tesoro dentro del cartón. La cogí del suelo, y se la alargué, temeroso de su creciente irracionalidad. Llegó a mi lugar dando pequeños pasos, y recogió lentamente el cartón, sin quitarle un momento la vista de encima. Y se alejó observando la dichosa basurita, escrutando sus prosaicas ondulaciones, sin más.
Y bueno, acabé mi pitillo y volví a la pizzería, pensando una cosita. Entre la tipa de la boda, y el gordete del cartón oscila el péndulo de todas las neurosis que asolan occidente. Digo yo, vamos.

miércoles, febrero 28, 2007

Discreto abismo.

Por suerte o por desgracia, leo mucho. Hasta el punto de poder apreciar las desventajas de tener un cerebro literario. Miro alrededor y busco similitudes entre lo que me rodea, y lo que he leído. Lo sano sería hacerlo al revés. Estar leyendo y buscar trocitos de mi vida ocultos entre las líneas, por aquello de creer que el autor de un libro le habla a uno mismo. Pero. No es así. Comparo a mis conocidos con personajes inventados, suelto citas literarias cada dos por tres, y lo más patético, creo que las decisiones tomadas por la gente responden a un argumento previamente concebido por algún demiurgo hambriento de escabrosidades, y no sé si me estoy explicando.
Digo todo esto por que el otro día caí en la cuenta de una de las grandes simas que separan literatura y realidad. Los diálogos. En los libros, todo el mundo habla correctamente, expresa lo que desea expresar con gran eficacia, respetan el turno de palabra de su interlocutor, y, lo más importante, siempre acaba por ser trascendente de alguna forma lo que estan diciendo. Cualquier libro puede ejemplificar mi disertación, ustedes mismos hagan la prueba. Reparé en ello porque estaba tomando un refresco en una cafetería mientras leía atentamente La insoportable levedad del ser, libro que recomiendo encarecidísimamente a pesar de estar yo en su génesis. Bueno, a mi lado se sentaba una pareja cercana a la treintena discutiendo sobre alguna amiga en común, y me pusieron este post en bandeja.
-Ha llamao la Loli por no se qué historia, dice que luego te irá a buscar al curre.
-Pos hoy plego antes, asín que... Y total, seguro que es pa ver el vestido de la boda de su prima.
-Pos avísala, que luego me taladra a mí con que "donde está, donde está" y no se calla. ¿Dónde es lo del vestío ese?
-En la calle aquella que atropellaron al Pascual, en donde... Pillas la plaza Prí, y to p'abajo hasta donde alante de un bar con plantas fuera, que al lao está el Zara tío. ¿Pa qué quieres sabel-lo?
-P'acompañarla yo si no quieres, y así le pido que nos devuelva lo de los zumos que le dejastes.
-¿El bapiturmix ese? Sí claro, como que lo llevará en el bolso no te jode... Anda, vamos a pagar que voy a llegar tarde, paga tú cari...
Y se fueron, y yo seguí leyendo.

lunes, febrero 26, 2007

La divertida levedad del ser.

Lo pasé en grande este domingo. Desperté tarde, fui con amigos a una masia y comimos y bebimos hasta jugar al corro de la patata con los perros. Luego, ya en casa, permanecí una hora en la bañera, leyendo y suspirando. Una vez arreglado, comenzaron a venir amigos. Iniciamos los chistes y las barbaridades propias de esa panda de cachondos, y vimos una peli de zombis, como corresponde a una noche del domingo. Finalmente quedamos Ortega y yo. Mi amigo Ortega tiene uno de esos trabajos antiguos en desuso, fabrica y vende argollas para las napias de los carneros. Es más próspero de lo que parece, no en vano marcha la semana que viene a Nueva York para cerrar un lucrativo trato con los gerifaltes del McDonals. El caso es que, a las tantas de la noche estabamos hablando de bellísimas estupideces, jugando con el ordenador a juegos de nuestra infancia que nunca llegaron a marcharse del todo, y bebiendo una preocupante cantidad de cerveza. Ante mi inutilidad para hacer ir en bicicleta a un maldito pingüino por la pantalla, Ortega empezó a reir como un caballo beodo, de manera que me contagió y reímos sin porqué un buen rato. Entonces habló.
-Woswis, si te parece normal que a nuestra edad tengamos que estar partiéndonos el ojete ante un puto ordenador... ¡Parecemos unos críos, coño!
-Sí, bueno... Tampoco sabemos hacerlo de otra manera. El espectro que se abarca desde estas risas, hasta el cabreo por darse con la esquina de la estantería en la cabeza es el nuestro. El resto de preocupaciones y responsabilidades no parece que nos pegue mucho.
-Claro coño. De qué hay que preocuparse. Lo hacemos a nuestra manera y punto.
-¿Pero no te parece que el hecho de que lo estemos comentando ahora mismo ya indica un poquito de inquietud por la tardanza de algún grado de madurez, por pequeño que sea?
Agarró la cerveza y se bebió medio litro de un largo trago. Luego se limpió con la manga de su jersey del elefantito, y me miró afable desde la lejanía de sus ojos.
-No.
Y no me pregunten por qué, pero tuve la total certeza de que decía la verdad.

domingo, febrero 25, 2007

Uno de los tuyos.

Despierto confuso. Un colchón de modorra recubre mi cabeza y amortigua las sensaciones que quieren entrar, y los pensamientos que quieren salir. Un día de esos, en los que el peso del Universo recae sobre mis hombros, y estos se encojen a falta de una respuesta mejor. Con el piloto automático encendido llevo a cabo las tareas matutinas, y salgo hacia la pizzería. Sólo a medio camino caigo en la cuenta de que llueve y me estoy mojando. ¿Y? ¿Cúal es el sentido de la lluvia? Descendente, lo se, pero... Esos días en que nada viene a cuento y sólo veo vanos esfuerzos en la gente que me rodea. Esos días en los que la empatía es un ejercicio imposible, la realidad y sus personajillos forman un ominoso caleidoscopio en mi mente del que no puedo deshacerme, así me entren nauseas y ascos. El ambiente es denso y seco, como de película de algún diosecillo demente rodando a cámara lenta. Y no se si me explico.
Días así me son infrecuentes, por suerte. Los humanos que se relacionan conmigo en el trabajo me preguntan cosas triviales, pero con un reverso incomprensible y doloroso, no por nada los interrogantes tienen forma de garfio. No veo el porqué de estos días. No es fruto de ninguna desgracia acaecida últimamente, ni de ninguna crisis de madurez, ningún dolor físico digno de mención. No lo se, ya digo.
Al acabar la sucia y dantesca jornada, voy a tomar una cerveza con mi amigo Javi. Me pregunta qué tal ha ido el día. Yo no se bien como relatarle, pero cuando acto seguido él me explica cómo ha ido su día, su semana, su mes, y su vida, ya tengo la respuesta.
-Mi día ha sido uno de esos días... Uno de los tuyos, compañero.

viernes, febrero 23, 2007

Olla de grillos.

La libertad de información, la libre circulación de datos, la globalización cultural, social y putrefactil... Ya. A otro perro con ese hueso. Algo se nos escapa amigos. Observo alarmado ciertos pequeños detalles que contribuyen a la merma de mi cordura semanalmente. Unas infumables mezclas cocinadas a partir de bocaditos de aquí y de allá, donde aquí y allá pueden ser Marx y la acupuntura, o una cara de Belmez y la Quinta Avenida, o el doctor Menguele y una pizzería, por decir algo.
Leo estupefacto una entrevista a Steve Nash, el base de los Phoenix Suns, en la que asegura que le encantaría salir en una peli de Almodóvar. Compruebo que en nuestros días la originalidad pasa por crear un videojuego sobre la Metamorfosis de Kafka. Diariamente tengo que ver cómo la moda para calzado femenino este año consiste en ponerse alpargatas esquimales. Existe un tipo que es capaz de leer los labios de alguien, pero sólo si ese alguien tiene un pitillo en la boca. O peor, topé con un libro de recetas típicas cordobesas que contiene el delicioso y pastoril "Pulpito a las fresas"...
Supongo que es divertidísimo. De hecho, lo es. Pero en una persona como yo, delicada y sensible, que siempre está intentando alcanzar el Tao, o cierta dosis de Tao, pues le cuesta creer que en el Tao tengan cabida perogrulladas tan brutales. A este paso, veré del todo normal que se cumpla mi pesadilla de la otra noche, en la que un mapache en llamas entraba y me pedía en matrimonio a mi estimado cocinero Menguile, mientras él estaba leyendo La Montaña Mágica en letra ligada.

martes, febrero 20, 2007

The same.

Algo relampaguea hacia mí. Lo noto. Algo indescriptible, terrible, fantástico, impensado y horrible. Atravesando radialmente los kilómetros de pensamiento que aún nos separan. Las cuerdas vibran salvajes en todas direcciones y yo con ellas. Lamentarse es una perdida de tiempo tan grande... La repetición de lo vivido es imposible, y quizá por eso es tan deseada. A la manera en que los científicos buscan restarle uno al infinito. ¿Cuál es el secreto para no vivir ni en el ayer ni en el mañana? Puede que darle bien fuerte a una batería, o correr y quemar suela lo más rapido posible, o retener sólo unos segundos el sabor de ese cigarrillo... Eh, tío, sabes de que te hablo, reserva ese careto para las pelis turcas de los martes. Estoy perfectamente a pesar de mis resbaladizos pesares. Sólo necesito algo más de aquel licor, y salir a pasear mi mona a la luz de las farolas. Me gusta el aire de la madrugada, con las calles vacías. Vacías de los, ya aburridos, escaparates atestados de las importantísimas miserias que cada cual muestra a la espera de alguna lastimera recompensa. ¡Cada día entendiendo un poquito más! Miro el reloj una vez más, debe estar al llegar...

sábado, febrero 17, 2007

Street Fighter 2 Menguile Edition.

-Me aburro- dijo el cateto de Menguile, mi microfamoso cocinero -¿Echamos unos Street Fighters?
-Deja de restregarme por la cara que perdí la tercera estrella de la guía Michelín por no tener videoconsola en la pizzería. ¿Quieres? Continuaré mi sudoku de 2x2 casillas...
-Venga conmigo, que sé donde jugar. Será diverti
do, de veras.
No me pregunten cómo, aparecí en el muelle siete del puerto de Barcelona con Menguile llevándome de la mano. Estaba
desierto. Nos acercamos a un barco viejo, desde donde nos saludaban y animaban unos cuantos caballos bonitos.
-Este es el escenario de Ken, que seré yo. Y usted será Ryu, verá que mola cantidá.
Empezaba a sentirme cómodo en ese senti
miento de estupefacción que me producía mi cocinero. Tendré que deshacerme de él o acabaré muy mal. Cuando quise reaccionar, él ya se había enfundado el kimono rojo, y me tiraba a la cara uno blanco, raído y apestoso. He de reconocer que la versión de Street Fighter propuesta por Menguile ganaba en realismo tanto como en patetismo.
-Aquí estan mis kames- Dijo mientras sacaba una bolsa blanca de detrás de un contenedor de pescado -Usted búsquese la
vida, compadre Ryu.
Había entrado en su demencial juego, me di cuenta de ello cuando me descubrí repasando el muelle con la mirada, a la búsqueda de algo que pudiese usar de kame. Nada de nada.
-Bueno, que empiezo, al mejor de 3 rounds. Ejem... You'll never defeat me Ryu, I will crush you!
-Te rajaré el estómago so joputa.

-Eso no es muy típico de Ryu, pero bueno... Ahí vamos. Round One. Fight!!!

Les juro que eran caballos...


Se acercó a mí haciendo la ruleta de patadas, de una forma tan triste que pensé que caería inconsciente antes de llegar a su objetivo. Pero no por nada Menguile ha sobrevivido a dos guerras mundiales. Paró en seco y se lanzó hacia mí, empujándome con fuerza. Caí sobre una gran caja de madera, cuyos trozos empezaron a parpadear y desaparecer apenas tocaron el suelo. Por suerte para mí, la caja estaba llena de gallinas, que saltaron y croaron asustadas. Les pedí disculpas y les expliqué lo ocurrido. Acto seguido, las gallinas y yo nos lanzamos una mirada de compenetración. Por el rabillo del ojo vi a Menguile sacar cosas de la bolsa blanca, y luego tirármelas al grito de "Jaduuuken". Me dio en la cara. Eran trozos de pizza. Menguile guardaba lo que la gente no se terminaba en el restaurante y lo traía aquí para quién sabe que fines. Contrataqué la lluvia de mierda italiana lanzándole las gallinas con fuerza. Estas empezaron a picotearle enrabietadas, y Menguile fue retrocediendo hasta que cayó al mar.
Cinco minutos después consiguió salir, empapado y lleno de plumas.
-Muy astuto Ryu, muy astuto... Round 2. Fiiiiiiiight!!!!!
Continuó tirándome trozos de pizza, y yo gallinas a él. Pero mis queridas gallináceas habían perdido la furia y la sed de sangre, por lo que se retiraron al barco, a animar junto a los caballos. Noté un olor raro en el aire. Y mi piel se estaba chamuscando... ¡¡¡Napalm!!! Las pizzas que me lanzaba estaban gratinadas con napalm. Reaccioné rápido, embravecido por el espíritu nipón de Ryu. Tuve una idea para acabar con ese miserable. Le devolví los napalmescos focaccios, y cuando él también estuvo bien untado, le lancé mi Yoga-fire por sorpresa. Se estaba achicharrando vivo cuando una voz surgió del megáfono de alguna de las naves gigantes que poblaban el muelle. Era una voz en inglés, simpática y dicharachera. Me decía que este round lo ganaba Ken-Menguile por faltar yo al artículo 39.8 de las normas no escritas del Street Fighter: Usar técnicas de otro personaje. El round 3 fue de lo más patético. Bregamos ya sin pizzas y gallinas, revolcándonos por los adoquines cual pelea rastrera de patio de prisión. Finalmente, tras algunos de los minutos más cutres de mi vida, acabamos mirando el mar, abrazados. Los caballos y sus nuevas amigas comenzaron a retirarse mintras nos escupían y nos llamaban perdedores y cobardes, pero a nosotros nos daba igual.
-Lo dejamos en doble K.O. ¿Le parece bien Woswis?
-Pues sí Menguile, por mí, Perfect.

jueves, febrero 15, 2007

Woswis de romería.

Soy ateo. Creo que radicalmente ateo. Si no fuese una pendejada, fundaría una religión atea. Pero eso no quita que me llamen la atención las procesiones de Semana Santa, o la fiesta que sea, en la que se pongan de manifiesto los sacros amoríos que la plebe lleva dentro. Me gusta ver salir a flote las almas diáfanas y entregadas por unos minutos. Salen con mucha fuerza y muchas lágrimas, y eso es porque el resto del año, ese trocito de bondad impotente que llevamos dentro, se queda hecha un ovillo en un rincón del cerebro. Acojonada por los lobos que estan al mando el resto del tiempo. El desfile de tenebrosas cofradías, las comprensibles magulladuras y contusiones a las que te ves expuesto si quieres acercarte al Cristo de los Faroles, o a San Príapo el Lunni Ciego, para pedirle que te toque la loto, o que ella vuelva contigo, o que Zubizarreta regrese a la selección... Cada uno conoce el premio que desea por ponerse una tirita en su fractura (léase cuenca del Ebro) moral. Los exaltados me dan miedo, por eso. Miran al santo desencajados, no existe nada más para ellos, son como los jamelgos que sólo pueden mirar al camino, y tienen su misma actividad cerebral. Compasión, misericordia, piedad, filantropía (o filopantria que dice una amiga), palabras que nos permiten, en lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio, limpiar la pulpa de la culpa acumulada tiempo ha. Me gusta ir de romería porque me fascinan las reacciones de la grey ante ese viejo (por ruinoso) y sagrado (por absurdo) ritual. Cuando se ha pasado, pues nada, a lo de antes. Los niños a dar balonazos a las viejas, las viejas a criticar a los yernos, estos a dilapidar el sueldo en el bar, etc.
La naturalidad con la que nos movemos en nuestra propia jungla ética, nuestra atroz espesura moral: No me digan que no es maravillosa... Benditos mamones.

sábado, febrero 10, 2007

Carnaval es todo el año.

El tipo entró en la pizzería hablando por el móvil. Se sentó en la barra y mientras iba hablando me hacía gestos para que le pusiera una copita de Cavernet-Sauvignon del 67.
-
Sí cariño, estoy en el dentista... Luego pasaré por casa y recogeré a los niños, no te preocupes... ¿Tú te vas de compras con Pili? Fantástico pero no abuses que este més toca pagar el yate... Bien... Bien... Adiós princesa, adiós...- Me miró, y luego se giró al oir el chirriar de la puerta.
Entró una rubia de estas que quitan el hipo, y se sentó al lado del marido ejemplar. Se dieron un largo beso mientras ella me hacía ademanes para que le sirviese otro Cavernet, pero del 71 si era posible. Empezaron a darse el lote despiadadamente mientras yo pensaba en las fabulosas mentiras de papel que se fabrica el ser humano.
-
Bueno cuchirrín, ¿a qué hotel vamos hoy?
-
Pues mira, he pensado en el...
Y se quedó con la palabra en la boca, mirando embobado hacia la puerta. Una pareja entraba riendo y achuchándose. Por la mirada del marido ejemplar, deduje que la mujer con la mano en el culo del otro tipo, era la suya. Los cuatro se quedaron paralizados, mirándose en silencio. Un silencio que yo hubiese querido enmarcar y colgar en el museo de los horrores.
La rubia fue la primera en reaccionar.
-
¡Cariño!- Le dijo al tipo que acababa de entrar, con lo cual descubrí que el pastel era de dos pisos. Un engaño doble, delicioso -Qué casualidad. Me acabo de encontrar a Juan aquí. Estábamos tomando algo y hablando de... ti. Hablaba de lo que me mimas y todo eso...
-
Hola amor- Dijo el primer tipo -Había una cola de espanto en el dentista y he decidido venir a refrescarme el gaznate. Ya sé que el dentista esta en el otro lado de la ciudad, pero es que la cola era brutal... ¿Has acabado de ir de compras? ¿Y Pili?
-
Pues no te lo creeras Juan, le ha entrado vomitera y la he acompañado a casa. Luego me he encontrado a Jesús en el súper y hemos venido a tomar algo...
-
Jajaja... Qué bueno todo esto- terció el llamado Jesús -En fin. Pues lo correcto es que nos vayamos con nuestras respectivas esposas cada uno y mañana será otro día ¿Vale?
Delicioso, ya digo. Empezaron a desfilar haciala puerta y, dado que soy un gran observador y un pésimo bromista, decidí añadir un comentario.
-
Amigos, he de decir que eso sería lo correcto, pero no lo justo.
-
¿Qué quieres decir, entrañable y discreto camarero?- Me dijo el tal Juan.
-
Pues que usted y la rubia aún no han tenido su sexo, mientras que, por la cara de satisfacción que tiene la otra parejita, esta claro que vienen de hacerlo. Si quieren, para que todo esto sea algo justo y además correcto, en arreglo al mantenimiento de tan caros matrimonios, les puedo dejar la trastienda un rato...

jueves, febrero 08, 2007

Dame una pista.

El mundo era nuevo y sucio,
como un bebé comiendo barro.
Tú estabas siempre allí y,
recuerdo la última vez que te vi.
El fin de la infancia.
Una abeja te picó en el brazo
al salir de aquella piscina,
y juntos intentamos curarte
en vano, por supuesto.
Aquel veneno que pasaría a ser
el ruido de fondo del resto de mis días.
El fin, ya digo.
Pero antes nada importaba,
sólo jugar y explorar la ciudad.
Te gustaba ir al ruinoso extrarradio,
que convertías con dos palabras
en un parque de atracciones improvisado.
Y es que todo era tan nuevo...
Claro que te echo de menos Dani,
pero querría preguntarte si lo has visto.
Dame una pista, te lo imploro.
Porque aún hay alguien a quien
todavía añoro más que a ti.
¿Se te ocurre dónde puede estar
aquel chico que te acompañaba risueño
allá donde fueras?
Sí, hombre, aquel del que sólo conservo
el nombre, y cierto parecido físico...

martes, febrero 06, 2007

Esos locos bajísimos...

-Háblame, oh, musa de los medios hornos! Dime por qué copón Menguile necesita tubos de ensayo y pipetas de colorines para ser un sencillo cocinero de pizzería. Instrúyeme sobre los misterios de este horrible hedor que me embarga, y qué puedo hacer para controlar mis ganas de ponerlo en la puta calle de una vez.
A pesar de mis gritos, Menguile no se daba por aludido, seguía a lo suyo, de espaldas a mí, concentrado en su mesa de aberraciones psicalípticas. Opté por tirarle una bandeja de lasaña a la cabeza, y así conseguí que se girase para hablarme. Pero casi mejor no lo hubiese hecho, ya que tenía una pizza estampada en la cara el muy zoquete. Se la quitó, dejando rastros de queso fundido a lo largo de los surcos de la edad. Se limpió la lasaña hirviente del cogote y se me acercó.
-¡Ah! Amo Woswis, quería hablarle de mi descubrimiento precisamente...
-No me llames amo nene, que no eres Quasimodo aunque lo parezcas, y yo no soy Victor von Frankenstein. ¿Qué experimento es ese que requiere que te emplastes una cuatro quesos en la cara, Menguile querido?
-Pues buscaba el veneno perfecto, como en mis buenos tiempos, con una aleación de camembert y tántalo a espuertas. Inoloro, incoloro, insípido, sin rastro en sangre... Perfecto, vamos. Y una pizza me pareció una adecuada plataforma de ensayo, todo esto con fines médicos claro. Pensaba inventar el antídoto y comunicarle el experimento a la OMS... El caso es que he resbalado y mi cara ha ido a caer sobre la pizza de marras. Creí morir, pero tras el shock inicial he notado que la masa y los ingredientes constituían un filtro ideal para entender a las moscas y hablar con ellas.
Acto seguido, sin respuesta alguna por mi parte debido a la estupefacción que me había producido su demencial relato, me estampó la pizza en la cara. Sabía a tántalo ciertamente, y había alguna esencia de bergamota escondida juguetonamente entre los cuatro quesos, tras el roquefort seguramente. Entonces ocurrió un milagro, pude ver a través de la pizza. La cocina estaba rota en mil imágenes distintas, y me apetecía sangre. Vi que una mosca despegaba del extractor y se me acercaba, hasta posarse en el hombro de Menguile. Me habló.
-Tú debes ser Woswis, nuestro archienemigo...
-Encantado... No tengo nada contra ustedes, que conste.
-Ya, tus asesinatos en masa son desinteresados. Mira chaval, mi família lleva en este local mucho más tiempo que tú. Son ya 148 generaciones de moscas del vinagre, o sea casi once meses. En verano estamos preparando una inmigración masiva que te rilas. Vas a tener que chapar o tus clientes morirán a mansalva, agonizando mientras vuestro Dios les pide la cuenta.
-¿Tú quién eres?
-Soy como el Ché díptero, y aunque me quedan dos días de vida, acabaré contigo cabrito. Menguile se ha rendido y por eso le perdonaremos la vida, será nuestra mascota.
Miré a Menguile, sonriendo como un idiota y afirmando con la cabeza. Me quité la pizza de la cara y la tiré a la basura, junto con el bote de especias de tántalo. Acto seguido me dirigí a por el Cucal, el Moscal, el Mosquimuertil... Llamé a Desinfecciones Avenger, a los Gumbusters, y al manicomio, para que pasaran a recoger a Menguile cuanto antes.