Dame una pista.
El mundo era nuevo y sucio,
como un bebé comiendo barro.
Tú estabas siempre allí y,
recuerdo la última vez que te vi.
El fin de la infancia.
Una abeja te picó en el brazo
al salir de aquella piscina,
y juntos intentamos curarte
en vano, por supuesto.
Aquel veneno que pasaría a ser
el ruido de fondo del resto de mis días.
El fin, ya digo.
Pero antes nada importaba,
sólo jugar y explorar la ciudad.
Te gustaba ir al ruinoso extrarradio,
que convertías con dos palabras
en un parque de atracciones improvisado.
Y es que todo era tan nuevo...
Claro que te echo de menos Dani,
pero querría preguntarte si lo has visto.
Dame una pista, te lo imploro.
Porque aún hay alguien a quien
todavía añoro más que a ti.
¿Se te ocurre dónde puede estar
aquel chico que te acompañaba risueño
allá donde fueras?
Sí, hombre, aquel del que sólo conservo
el nombre, y cierto parecido físico...
2 comentarios:
Celebro que te haya gustado el genial Carver. Toda una satisfacción cuando recomiendas literatura a un amigo y gusta.
Saludacos nen.
Todos nos hemos dejado mucho en el camino, amigo.
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