Woswis de romería.
Soy ateo. Creo que radicalmente ateo. Si no fuese una pendejada, fundaría una religión atea. Pero eso no quita que me llamen la atención las procesiones de Semana Santa, o la fiesta que sea, en la que se pongan de manifiesto los sacros amoríos que la plebe lleva dentro. Me gusta ver salir a flote las almas diáfanas y entregadas por unos minutos. Salen con mucha fuerza y muchas lágrimas, y eso es porque el resto del año, ese trocito de bondad impotente que llevamos dentro, se queda hecha un ovillo en un rincón del cerebro. Acojonada por los lobos que estan al mando el resto del tiempo. El desfile de tenebrosas cofradías, las comprensibles magulladuras y contusiones a las que te ves expuesto si quieres acercarte al Cristo de los Faroles, o a San Príapo el Lunni Ciego, para pedirle que te toque la loto, o que ella vuelva contigo, o que Zubizarreta regrese a la selección... Cada uno conoce el premio que desea por ponerse una tirita en su fractura (léase cuenca del Ebro) moral. Los exaltados me dan miedo, por eso. Miran al santo desencajados, no existe nada más para ellos, son como los jamelgos que sólo pueden mirar al camino, y tienen su misma actividad cerebral. Compasión, misericordia, piedad, filantropía (o filopantria que dice una amiga), palabras que nos permiten, en lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio, limpiar la pulpa de la culpa acumulada tiempo ha. Me gusta ir de romería porque me fascinan las reacciones de la grey ante ese viejo (por ruinoso) y sagrado (por absurdo) ritual. Cuando se ha pasado, pues nada, a lo de antes. Los niños a dar balonazos a las viejas, las viejas a criticar a los yernos, estos a dilapidar el sueldo en el bar, etc.
La naturalidad con la que nos movemos en nuestra propia jungla ética, nuestra atroz espesura moral: No me digan que no es maravillosa... Benditos mamones.
La naturalidad con la que nos movemos en nuestra propia jungla ética, nuestra atroz espesura moral: No me digan que no es maravillosa... Benditos mamones.
2 comentarios:
Brillante lectura de cartilla a nuestros apolillados principios morales, amigo mío.
Sí, lo de las cofradías tiene su aqúél. El año que viene nos vamos de costaleros al Rocío. Yo voy abriendo camino a mamporrazos y tú puedes montar un chiringuito de Pizzas. Avisa a Menguile.
Gran texto para resaltar la doble moral que nos subyuga.
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