viernes, marzo 16, 2007

Huellas de tinta (I)

De la misma forma en que una pequeña grieta puede acabar destrozando una presa entera, el post anterior me ha desbordado las ganas de escribir sobre ese amigo que nunca falla: el libro. Voy a hacer una pequeña lista en la que aparecerán los más queridos, no por su valor literario intrínseco, sino por lo que significaron para mí en su momento. Hoy hablaré de algunos de ellos:

-Una historia de la lectura, de Alberto Mangu
el. Como indica su título, repasa conceptos como "libro", "lector" y "escritor" a lo largo de nuestra historia. Este libro de bolsillo olía como esos mamotretos gigantes de medicina. Tuvo el acierto su escritor de poner línea bajo línea lo que significan para mí los libros, está escrito con una gran pasión y un cariño contagiosos. Salió hace poco una edición de lujo que me tiene robado el corazón.



-Hamlet, de William Shakespeare. Qué voy a añadir yo a todo lo que se ha dicho de esta obra inmortal... Pues nada, sólo confirmar desde mi experiencia la fantástica mezcla de sabiduría y lírica que desprende este (¿estos?) hombre. Como escuché decir a la salida del teatro, tras ver Otelo "Este tío sí que nos caló bien calaos".



-La montaña mágica, de Thomas Mann. El súmmum de no decir absolutamente nada durante 1000 páginas y ser interesante. Todo un placer, un libro que se lee sin el ansia del "que va a pasar", simplemente uno se pasea entre los personajes del curioso sanatorio de los alpes y disfruta de las charlas, las sensaciones, las chaise-longs...



-El templo de Istar, de Margaret Weis y Tracy Hickman. Uno ha tenido 15 años, y uno ha querido creer en la magia, y ha sentido el cansancio en los ojos de Raistlin y las chispas de energía recorriendo sus nudillos, y uno quería que Caramon saliera corriendo cuanto antes del Templo de las pelotas, y uno, en fin, quería tantas cosas con 15 años...



-Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, de Woody Allen. Me fascina la manera en que este hombre consigue ser tan y tan divertido tratando temas políticamente serios, y por la vía que más me gusta, la ironía y el absurdo extremos. Por si no se ha notado, soy pro-Allen.



Y por hoy vale. Otro día seguimos la visita por mi jardín (bonito o feo, es el mio) literario.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya, vaya. Con tanta lectura debes tener la pizzería hecha unos zorros. La que debe estar liando Menguile mientras te repantingas en la gràcil Chaise-longue de tu terraza.
Conociéndote como te conozco, esa lista podría ocupar muuuchos posts.
Bueno maestro, nos vemos en breve!

Anónimo dijo...

Ya sabes lo que dijo Hank sobre Mann: su principal problema fue pensar que se podía hacer arte del aburrimiento... Yo me conformo con pensar que en realidad albergaba el secreto deseo de acabar él solito con toda la Selva Negra...

Anónimo dijo...

Viste Otelo en el Fortuny hace años? En la sesión barata del jueves? En el gallinero?
A mi de Mann me encanta 'Las Tablas de la Ley'.

Anónimo dijo...

Por cierto, últimamente he tenido problemas para publicar comentarios en tu local...

Anónimo dijo...

Pues no, fanou, la vi hace 3 meses, y desde el gallinero por supuesto. Mi recomendación es que no tengas problemas para publicar, pruebalo dos semanas y verás que funciona!!!

Carlos OC dijo...

Puede que yo haya leido el de el templo de Istar. Ahora quiero leerme el de Woody Allen y me intriga el de la montaña magica.

salu2

Anónimo dijo...

Burgos Fanegas

Sergio Burgos Casado dijo...

Un saludo desdo Gijon a todos amigos miaos. soy un Fanegas

Anónimo dijo...

Burgos de talleres Burgos Fanegas , Sergi Gordus pero si le conozco ese esta en industriales y se a ido a Gijon a estudiar XD jajajajjajajajaj me parto la caja

Hi-Man dijo...

en Gijón te han partido todo el Ortooooooo