Ciudades nocturnas.
Es la noche parecida a los sueños
¿verdad?
Las ciudades vistas de lejos
sin luna siquiera
con sus lucecitas fúnebres
te llaman para no sabes qué
como deformes sirenas
afónicas en su inutilidad.
Las ciudades vistas de lejos
nada saben de nadie.
Sólo quieren bailar un poco
y perdonar todo a todos
a cambio de parar el tiempo.
Pero al terminar la noche
su sueño fenece en pálida rabia.
Y nosotros, dioses y muñecos,
despertamos confusos
sin saber que el último baile,
es para la dama.
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