He will rock me.
ese mono epiléptico
disfrazado de juez fatal
que dicta el qué, cómo y dónde.
Esa manguera de niebla
que te impide ver y entender
que cojones decía Hume
entre otras cosas.
Ese niño que juega aburrido
manejando sus muñecos azarosamente,
cruzando una Barbie
en el camino del coronel Rebaba,
dejándolo jodido el resto de sus días
en el fondo del baúl de Karina.
Hablemos del destino
y pateemos su ubicuo culo
de francotirador rompetechos.
1 comentario:
2 + 2= 4, haya o no cerebro para calcularlo o boca para pronunciarlo: eso es destino, y los demás somos filfa.
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