sábado, junio 24, 2006

He will rock me.

Pero... hablemos del destino,

ese mono epiléptico

disfrazado de juez fatal

que dicta el qué, cómo y dónde.

Esa manguera de niebla

que te impide ver y entender

que cojones decía Hume

entre otras cosas.

Ese niño que juega aburrido

manejando sus muñecos azarosamente,

cruzando una Barbie

en el camino del coronel Rebaba,

dejándolo jodido el resto de sus días

en el fondo del baúl de Karina.

Hablemos del destino

y pateemos su ubicuo culo

de francotirador rompetechos.

1 comentario:

Gálata Moribundo dijo...

2 + 2= 4, haya o no cerebro para calcularlo o boca para pronunciarlo: eso es destino, y los demás somos filfa.