Estercolero freudiano.
En la pesadilla
una novia cadavérica
que no era nadie
y era todas las mujeres
me pedía matrimonio
y me perseguía por todo el Planeta.
Me he despertado entre sudores
fríos
y pegajosos
y he comenzado a correr
de tal manera
que ni el correcaminos
ahíto de nandrolona
me hubiese cogido.
Y digo yo
que no es para tanto.
Estúpidas pesadillas.
2 comentarios:
Y digo yo, por qué narices huir? Esa dirección ya te la sabes...
Soñar es un asco, mendiós!
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