Sin exagerar.
No voy a exagerar tampoco.
No me molestan tanto
las hormigas que se pasean
por mi corazón
muertas de hambre
y con excesivas ganas
de pegarle fuego
a algo aún impensado.
No molestan lo suficiente
como para que diga
que la vida es
una desproporcionada
y macrodimensional mierda.
Pero sí que noto
cierta sensación
de deterioro inexorable
a mi alrededor .
3 comentarios:
Hoy sí que todo es una mierda. Coincidimos. Pero siempre queda el consuelo de la enajenación mental transitoria. Eso, o la tele. No me decido.
Tiempo, marabunta de la alegría.
Joder, no se si será el verano, pero a mí también me parece que todo se derrite a mi alrededor.
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