martes, junio 20, 2006

Sin exagerar.

No voy a exagerar tampoco.
No me molestan tanto
las hormigas que se pasean
por mi corazón
muertas de hambre

y con excesivas ganas
de pegarle fuego
a algo aún impensado.
No molestan lo suficiente
como para que diga
que la vida es
una desproporcionada
y macrodimensional mierda.
Pero sí que noto
cierta sensación
de deterioro inexorable
a mi alrededor .

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy sí que todo es una mierda. Coincidimos. Pero siempre queda el consuelo de la enajenación mental transitoria. Eso, o la tele. No me decido.

Gálata Moribundo dijo...

Tiempo, marabunta de la alegría.

Anónimo dijo...

Joder, no se si será el verano, pero a mí también me parece que todo se derrite a mi alrededor.