No me requieran.
Vi un enano con muletas
intentando sentarse en el capó de un jeep
e intenté ayudarlo.
Lo cogí por las axilas suavemente
y allí lo dejé.
Pero en lugar de darme las gracias
me insultó:
-Capullo, cabrón, mariquita
eres la ayuda que nadie necesita-
Así, rimando y todo.
Me alejé consternado
por su crueldad y resentimiento.
Pensando en la situación
a la manera en que se piensa
en un cubo de Rubbik de 80 caras.
Cuando me miré la mano
y entendí
demasiado tarde.
No fue muy agradable
ver el Maxibon espachurrado
goteando manga abajo.
4 comentarios:
Jajaja.
Vaya, le dejaste la camisa hecha unos zorros al pobre midget.
Joder, al final ayer te perdiste una noche antológica, habla con Katakrek.
Cuanta gente desagradecida... un poco de fresquito bajo el sobaco nunca viene mal en estos dias sofocantes
Como el fútbol: mierda es mierda.
Pero te acabaste el Maxibon? Bueno, corre por ahí una superstición que dice algo de tocar enanos y tener suerte o no recuerdo bien si era tocar jorobados.
un saludo
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