viernes, junio 30, 2006

Icaro lo consiguió.

Sin que se lo permitiera saber
su prodigiosa ingenuidad,
Ícaro consiguió abandonar el laberinto.
Y lo habría conseguido antes
si se hubiese hecho las alas de plomo
en lugar de cera.
Se trata de hacerlo mal.
Unas alas bien construidas
planificadas y funcionales
lo sacarían de aquel laberinto
para meterlo en otro
acaso peor, más enrevesado.
Abandonar o conformarse.
Dédalo se debió dedicar
a escribir autoayuda,
en lugar de tomarle el pelo
a su querido hijo.

3 comentarios:

Gálata Moribundo dijo...

Y cuántas cosas podría aportar Ícaro, ahora que se cree fuera, a la cura del cáncer de piel.

Woswis dijo...

Chuflo de Diox, tu optimismo es casi obsceno.

Anónimo dijo...

No pongo en duda que de haber estado en la misma situación que Dédalo e Ícaro yo habría fabricado las alas del mismo material y me habría ido al sol a echarle un ojo. Como bien has dicho: "Se trata de hacerlo mal".