Berreos familiares.
¡Ah! Hermana, qué sonoros domingos,
qué aderezos volumétricos tan agradables.
Tu desconocimiento de la escala baja me emociona,
me llena de admiración y me conmueve.
Esos gritos costumbristas tan horribles y familiares
por cualquier razón o sin ninguna.
Ese no saber el significado de "murmullo"
"susurro" o el más prosaico "baja la puta voz".
Cúanto tiempo lo odié,
cómo deseé que te invadiese, no sé,
paroxismo peribucal o
hipotonía de cuerdas vocales o
una mera afonía crónica.
Cúanto tiempo odié tus berreos incesantes.
Hasta que hiciste poesía del ruido
y el dolor auditivo mutó en placer.
Recuerdo que te dije
"háblame más bajito, hermana, te lo suplico"
y me contestaste con lo más genial
que se te ha ocurrido en la vida.
"no me gusta bajar la voz cuando chillo"
2 comentarios:
Eso es una hermana como dios! manda, mendiós!
Y eso que no vives entre argentinos si no sabrías lo que es hablar en voz alta, debe ser común en todos.
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