miércoles, enero 10, 2007

This voice.

Hoy al entrar en la pizzería me salió el "Buenos días amigos" quebrado. Roto. ¿Y mi voz? Mis empleados más pelotas o con más relampagueante cariño, me han ofrecido Mentos, Strepsils, Halls, y unas pastillas que no conozco con una "RR" grabada en el centro de las mismas. Los he aventado con mi característico gesto de patear la boca al que no me hace caso antes de que hable, y me he sentado a reflexionar al lado del horno de piedra, bajo la atenta mirada de Menguile, mi cocinero experimental.
Mi voz. Mi querida voz. Nunca les hacemos ni puto caso a las voces, en tanto que no son algo físico. Y si lo son, peor para ellas porque se reduce a un puñado de cuerdas vibratorias embutidas en un tubo de carne de orígen no del todo claro. Pero he pensado en mi voz como se piensa en un olvidado amigo que ha hecho mucho por tí y nunca te ha pedido nada a cambio. Reconozco que la primera reflexión ha caído de cuatro patas en el tópico que se usa cuando escuchas tu voz en una grabación o un video casero "¿esa es mi vooooz?, ¡¡pero si yo no hablo así!!" He desechado esa prominente estupidez por el aguerrido método de golpearme el lóbulo frontal con la pala de meter pizzas en el horno. Intento analizar mi voz. A mí me gusta, me resulta agradable. Tiene bastantes registros para hacer imitaciones y cosas así. Una vez hasta fui cantante de un grupo de rock si no me equivoco. Cuando me pongo irónico o sarcástico, se agudiza. Cuando la burla es directa, se agrava. Yo diría que es una voz alegre, ya que me paso el día cantando lo primero que se me viene a la cabeza, o haciendo ruiditos como de zombis y naves espaciales (pero no los dos a la vez) Aunque, para su desgracia, también ha aprendido a hacerse oir en el llanto y, me crean o no, lo hace fatal. Por las reacciones de mis congéneres diría que tiene cierto encanto manipulativo. Cierto nivelillo de voz de mando, los que han hecho muchos crucigramas me entenderán. Añadiré también que parece una voz en la que se puede confiar, parcialmente al menos. Con ciertos tonos cálidos dignos de algún atardecer otoñal a punto de desmayarse en la noche, para que me entiendan. He seguido divagando sobre mi voz un ratito más, hasta que Mortimer, mi camarero más abyecto y efímero, me ha interrumpido.
-Señor, tenemos un grupito de 58 aberchales y aberchalas con hambre, si no le importa...
Entonces he decidido hacer uso de la calidez y conspicuidad de mi etérea voz, como quien invita a un amigo a cenar, tras caer en la cuenta de que lo ha olvidado injustamente durante demasiado tiempo, y le he dicho a Morti con gesto amable:
-Ya salgo inútil, no me calientes los huevos o te echo a la puta calle.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No desesperes, a "oídos vista" tu mejor imitación sigue siendo la de KITT, amigo. Tendrás que comer muchos bratwursts de laringe para mejorar ese techo.


Saludos VideoAreniscoS.

Anónimo dijo...

De ordinadrio un graznido vale más que mil cochinas palabras, mendiós!

Anónimo dijo...

Jajaja. Muy bueno, amigo.
El Vaugan tiene razón, la imitación de KITT con golpeciitos en la laringe es, de larrgo, lo mejor de tu repertorio.
Nos vemos!

Anónimo dijo...

También me sale bien el Wigum, el Bender, el Zoiberg, y cuando voy doblao po las cervezas, HAL9000.