viernes, junio 30, 2006

Icaro lo consiguió.

Sin que se lo permitiera saber
su prodigiosa ingenuidad,
Ícaro consiguió abandonar el laberinto.
Y lo habría conseguido antes
si se hubiese hecho las alas de plomo
en lugar de cera.
Se trata de hacerlo mal.
Unas alas bien construidas
planificadas y funcionales
lo sacarían de aquel laberinto
para meterlo en otro
acaso peor, más enrevesado.
Abandonar o conformarse.
Dédalo se debió dedicar
a escribir autoayuda,
en lugar de tomarle el pelo
a su querido hijo.

martes, junio 27, 2006

Días de gloria.

El calendario amigos,
ese pésimo e incansable
vendedor de enciclopedias
que te dice cada mañana
"le traigo un NUEVO día
lleno de oportunidades y opciones
totalmente actualizado
y con 24 horas de garantía.
Puede ser como un anuncio nestlé
o como uno de Jotabé,
disfrútelo
"
y llegas a casa de noche,
visitas el templo de Onán,
le rezas tu blanco estornudo
y te vas a dormir
no sin antes mirar el calendario
y llamarlo
estafador.

lunes, junio 26, 2006

No me requieran.

Vi un enano con muletas
intentando sentarse en el capó de un jeep
e intenté ayudarlo.
Lo cogí por las axilas suavemente
y allí lo dejé.
Pero en lugar de darme las gracias
me insultó:
-Capullo, cabrón, mariquita
eres la ayuda que nadie necesita-
Así, rimando y todo.
Me alejé consternado
por su crueldad y resentimiento.
Pensando en la situación
a la manera en que se piensa
en un cubo de Rubbik de 80 caras.
Cuando me miré la mano
y entendí
demasiado tarde.
No fue muy agradable
ver el Maxibon espachurrado
goteando manga abajo.

sábado, junio 24, 2006

He will rock me.

Pero... hablemos del destino,

ese mono epiléptico

disfrazado de juez fatal

que dicta el qué, cómo y dónde.

Esa manguera de niebla

que te impide ver y entender

que cojones decía Hume

entre otras cosas.

Ese niño que juega aburrido

manejando sus muñecos azarosamente,

cruzando una Barbie

en el camino del coronel Rebaba,

dejándolo jodido el resto de sus días

en el fondo del baúl de Karina.

Hablemos del destino

y pateemos su ubicuo culo

de francotirador rompetechos.

martes, junio 20, 2006

Sin exagerar.

No voy a exagerar tampoco.
No me molestan tanto
las hormigas que se pasean
por mi corazón
muertas de hambre

y con excesivas ganas
de pegarle fuego
a algo aún impensado.
No molestan lo suficiente
como para que diga
que la vida es
una desproporcionada
y macrodimensional mierda.
Pero sí que noto
cierta sensación
de deterioro inexorable
a mi alrededor .

sábado, junio 17, 2006

Estercolero freudiano.

















En la pesadilla
una novia cadavérica
que no era nadie
y era todas las mujeres
me pedía matrimonio
y me perseguía por todo el Planeta.
Me he despertado entre sudores
fríos
y pegajosos
y he comenzado a correr
de tal manera
que ni el correcaminos
ahíto de nandrolona
me hubiese cogido.
Y digo yo
que no es para tanto.
Estúpidas pesadillas.

jueves, junio 15, 2006

Con permiso.

Con el permiso de sus degeneradas
metafísicas majestades
Kant y Descartes y cía
(¿conocen a cía? no dejen de leerlo)
me da a mí,
que no tengo estudios sea dicho,
que el alma
no es otra cosa
que ese pedacito de juventud
que arrastramos y maltratamos
hasta nuestro último día.

viernes, junio 09, 2006

Triunfo infinito.













Volvía grave del funeral de un conocido.
Aturdido por las palabras del cura
"eterno", "paraiso", "infierno",
"diox", "almas" y similares.
Asustado por no sentir mía ninguna de ellas
cuando, al margen del camino
vi un perro muerto
desde hacía ya tiempo.
Asquerosamente descompuesto.
Pensé en que lo único eterno
con lo que podemos contar
es en la eterna victoria
de lo concreto sobre lo abstracto.
No me convertí en Izo,
ni falta que hizo.
Lo enterré y me alejé
silbando
"Back in U.S.S.R."
por ejemplo.

sábado, junio 03, 2006

Rubores ajenos.

Pensaba el otro día
en cómo en la videorena
y otros medios de gran difusión
nos cargamos reiteradamente
este país que habitamos.
Creo que hablo
del subconsciente
inconsistente
e incandescente
de este subcontinente.
Pues me puse una peli
muy divertida
en la que unos chavalines japoneses
cantaban "sincuro, sincuro"
y se lanzaban a una piscina,
y me reí mucho,
y me dieron ganas
de besar
mi propia vergüenza ajena.