sábado, julio 15, 2006

Tranquilidad a espuertas.

Tengo un amigo peculiar. Dispone de una memoria algo penosa, quizá por eso siempre habla de targetas de memoria, por su necesidad. Confunde a Mel Gibson con Chester Cheeta, y baila samba con el ruidaco infernal de las impresoras de tickets. Es mago, hace desaparecer cosas pero, por su mala memoria, luego no sabe dónde han ido, y ya nadie quiere dejarle su reloj para el truquito.
Hace mucho que lo conozco, y hasta el otro día, en que hablaba de él con Kamikaze, no pude verbalizar su grandeza. Don Kamikaze, que tiene ojo clínico para las almas, me comentó que, ante una situación X, mira a su alrededor y si ve que está él, nuestro amigo, se calma y piensa "ok, no todo se ha ido a tomar por culo en el mundo, está aquí Tregui" Y es que despide una estabilidad átona, no enfocada a nada en especial, si no es a estar tranquilamente en su sitio, en ese momento. Él siempre está en su elemento.
Él nos hace mejores y, los que le rodeamos, lo sabemos y se lo agradecemos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay, cuánta razon tienes amigo Woswis. Es girara la cabeza, verlo y relajarse. Es algo así como un bunker aunque menos hermético y bastante más guapo.
God Bless Gavà!

Anónimo dijo...

Coincidimos amigos, si Tregui está allí, nada está perdido... porque la vida puede ser maravillosa.

Anónimo dijo...

Tus palabras sí que son de agradecer amigo Wos, y si esa calma y estabilidad persisten es por vosotros, los que hacéis que el bunker no implosione y acabe desmoronándose ;)